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Foto del escritorHarumi Puertos

Amar Nuestra Esencia Física

Parte de amarse a uno mismo, comienza por amar lo que proyectamos físicamente… ¿podrías pensar por un momento en cuantas zonas de tu cuerpo te gustan y cuantas no te gustan?.


Tomando en cuenta que nuestro cuerpo físico proyecta lo que vibra el alma, quedaría totalmente fuera de lugar la idea de que hubiera algo de nuestro cuerpo que no nos gusta o peor aún, que rechazáramos ¡es una proyección de lo más profundo de nuestro ser! Y como tal, hay cosas que podemos cambiar y otras que no, pues muchas proyecciones pertenecen a heridas del pasado que pueden sanar y otras pertenecen a nuestra esencia.



¿Qué podemos cambiar? Un estado emocional puede ser pasajero, una actitud también, por lo tanto, toda afección física que esté vinculada a una emoción, puede cambiar, por ejemplo, si tus grandes ojeras y arruguitas en los párpados, reflejaran el desánimo en el que te encuentras y con el que filtras tu vida en el presente, pues bastará con conectarte con lo que amas, te apasiona y te provee de alegría, para recargarte las pilas y recobrar la alegría perdida, con ello, las ojeras y las arruguitas, se disminuirán y en muchos casos, desaparecerán sin necesidad de cremas cosméticas, en este caso, el aprendizaje puede ser, reconectar con la alegría o la vitalidad.


¿Qué no podemos cambiar? Ciertos patrones genéticos que potencian nuestros dones o nos ayudan a sanar heridas ancestrales muy profundas, por ejemplo, el color de tus ojos o piel, por supuesto puedes hacerlos cambiar por métodos físicos, pero no podrías hacerlo de manera natural. En estos terrenos, nuestro aprendizaje o desafío no es la transformación, sino, la aceptación en base a la consciencia real ¿que le aporta a tu vida, las características que rechazas? ¿Cuál es el propósito de esta característica? Por ejemplo, unas manos grandes serán excelentes para un pianista, mientras que una persona alta, jugará perfecto basquetbol, y una piel morena, vivirá perfectamente en países donde el sol sea intenso, una musculatura fuerte, ayudará a quien da prioridad a su cuerpo para realizar su trabajo y una constitución frágil, a quien trabajará más con aspectos intelectuales que con su cuerpo ¡todo tiene su razón de ser!… hay cualidades físicas que nos facilitan el camino, en el rol que nos ha tocado desempeñar en nuestra vida y otras, que nos ayudan a sanar.

¿Transformar o aceptar?… Integrar y amar…


¡Continuamos con nuestro viaje de autoconocimiento! ¡Ahora, desde este ángulo!.

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