l dharma es lo que nosotros le debemos a la vida, como seres humanos de esencia divina. Podríamos definirlo como nuestro propósito en la vida.
Es lo que tenemos que dar, es la responsabilidad esencial que cada uno le debe a la sociedad, al medio ambiente, al mundo y a nuestro ser superior con la finalidad de favorecer la evolución del grupo y el desarrollo personal por el solo acto de estar vivos. El dharma es parte de nuestra realización personal y nuestra misión en la vida.
El dharma está relacionado con nuestra vocación. ¿Cómo podemos saber cuál es nuestra misión en la vida ó nuestro dharma?.
Pregúntate a ti mismo:
¿Qué te gusta?
¿En que actividad puedes trabajar sin sentir el tiempo?
¿Cuál es tu vocación?
¿Tus aptitudes coinciden con tu vocación?
Nuestra vocación no está relacionada con el dinero, es decir, cuando analicemos que nos gusta, no debemos de mezclar preguntas del tipo: ¿Me dejará dinero? ¿mi vocación es comercial?. Tu vocación te dará dinero sea o no comercial para el resto de la sociedad ¿Por qué? Porque es un don único y tuyo, que no tiene competencia porque nadie más lo tiene.
Ese don único hace que trabajemos como engranes dentro de nuestra sociedad. Engranes que van aportando elementos diferentes a la humanidad. Por eso no debes ir en contra de ti mismo, si lo haces, esta parte ya no se desarrolla y te conviertes en una pieza perdida del rompecabezas del mundo. El mejor indicio de que no estamos desarrollando plenamente nuestra misión es el dolor, el sufrimiento, las depresiones, la insatisfacción.
¿Quieres vivir de tu vocación? Pregúntate a ti mismo: ¿Cómo puedo poner mi vocación al servicio de los demás?.
Nuestra vocación, aquello que tanto amamos tiene una función que sirve a los demás, por ejemplo: Un médico está al servicio de la salud de la gente, un músico puede proyectar amor, recuerdos, paz o alegría por medio de sus notas. Un carpintero es importante para quien desea llevar a casa un artículo útil, bonito y funcional. Así en todas las profesiones y ocupaciones. Cuando tu vocación la pones al SERVICIO de los demás empieza a prosperar.
El servicio es la máxima palabra de la mayor parte de las religiones y movimientos filosóficos. Es fundamental si queremos experimentar el placer de dar, de colaborar y de ser útiles, y al mismo tiempo de realizarnos y evolucionar como seres humanos. Hay que entender que el término SERVICIO no quiere decir “gratis” en todos los casos. SERVICIO es servir, ayudar, colaborar por medio de nuestra labor con la gente, con el mundo y siempre conectado a la energía divina sirviendo principalmente al Plan Divino.
El servicio no está peleado con la retribución hacia la labor que desempeñamos, al contrario, sea cuál sea nuestro trabajo, es indispensable una retribución tanto material (dinero) como de realización y satisfacción personal. Esto es trabajar con el libre flujo de energía, no es verdad que es “mejor dar que recibir”, todo fluye, tanta satisfacción nos da el dar, como el recibir, lo merecemos, de otra manera, terminaríamos totalmente desgastados. Si solamente damos, llegará un momento en el que quedaremos totalmente vacíos.
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