Esta fase del Karma es la culminación de todo, es irreversible, es la semilla ya germinada y creciendo, es nuestra cosecha.
En esta etapa, las consecuencias de nuestras acciones (buenas o malas) se hacen presentes, se manifiestan de una manera clara e irrevocable.
Como vimos ya en los capítulos anteriores:
El Sabija Karma, es almacenado antes y durante el nacimiento y se encuentra prácticamente oculto.
Con el Agami Karma, las semillas que se han ido sembrando (nuestras acciones) están ya plantadas y esperando para brotar al más ligero estímulo de irrigación (las emociones).
Con el Prarabdha Karma, las semillas ya se plantaron, germinaron ¡y están creciendo!.
Ejercicio
Contesta a la siguiente pregunta:
¿Qué es lo que admiras y te agrada de ti mismo?
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