En el fondo, todo lo que deseamos es un cambio, ser felices y libres. Nos asustan los riesgos y muchas veces optamos por continuar dentro de una vida sin matices con tal de no perder nada de lo que consideramos “seguro”, perdiéndonos de la oportunidad de ir más allá y explorar nuevos terrenos y es que creencias del tipo “más vale malo por conocido que bueno por conocer” aún rige parte de nuestras creaciones.
La mayoría de las veces, es solo el miedo, pues el riesgo como tal, no siempre existe. Cuando creamos cambios conscientes, podemos elegir crear una transición suave, planeada, que no nos resulte traumática. Si tu trabajo actual no te gusta, no se trata de que lo abandones de un día a otro, se trata que mientras agradeces el contar con una forma de supervivencia, puedas al mismo tiempo, construir y planear un futuro con mayores posibilidades de crecer y prosperar.
Habitamos un mundo que en realidad, ya no existe. Una era se va desmoronando y vemos como diversos sistemas, se resisten al cambio y millones de personas junto con éstos.
Hasta hace 20 años lo ideal era estudiar para buscarse un trabajo seguro y después esperar por una jubilación, ahora esto va quedando en duda ¿cuantas personas viven realmente bien de su suelo? ¿Cuántas llegaran a una jubilación digna?. Mientras que hace 30 años, los hijos ayudaban a sus padres económicamente, hoy en día, los hijos, casados y aún siendo profesionistas, continúan siendo ayudados por sus padres, ya sea para su manutención ó comprar una casa. Y lamentablemente esto no es la realidad de unos pocos, es de lo que aún llamamos, clase media. No es que estemos rodeados de “mala suerte”… es solo que los tiempos cambian y ya no podemos jugar el juego del dinero, con las mismas reglas. El mundo está cambiando y nosotros tenemos que cambiar también.
En algún tiempo, la riqueza estaba en la tierra, en tiempos de la agricultura, el mundo avanzó y evolucionó, la gente cambió la siembra por las profesiones y ahora la riqueza ahora residía en el dinero.
Hoy en día vivimos en la era de la comunicación y la tecnología, en tiempos de computadoras y smartphones, vivimos en la era de la INFORMACIÓN, el CONOCIMIENTO es nuestra moneda de cambio por lo que ahora, la riqueza ya no está ni en la tierra ni en la profesión, hoy en día reside en LA INFORMACIÓN.
Hoy ya no se trata de vender tiempo, hoy se trata de vender soluciones. Ya no se trata de cubrir la rutina del día y conducirse de manera mecanizada. Se trata de conducirse con creatividad, coraje, pasión, paciencia, imaginación, disciplina, esfuerzo, persistencia, confianza, voluntad de servicio, valores, ética, consciencia y tantas cualidades que todo ser humano busca desarrollar… es tiempo de crear trabajos más humanos y menos robotizados… trabajos más amados que sirvan al mundo genuinamente.
Nos encontramos justo en el puente de dos Eras… una era que colapsa y se disuelve y que nos resistimos a soltar. Seguimos aferrados a la falsa seguridad, al status de los diplomas, a la precaria jubilación, a los servicios médicos (gubernamentales) insuficientes. Los precios suben mientras que los salarios bajan…. de seguir así ¿cuantos años tardará un joven en recuperar los 20 años de inversión en la escuela? ¿cuanto tiempo viviremos con una modesta o inexistente jubilación ahora que la esperanza de vida ha aumentado?.
La responsabilidad del dinero que ganamos y la jubilación que tengamos, es nuestra. Delegar este poder a nuestro sistema gubernamental es evadir lo que nos toca. Más vale prestarle atención y tomar las riendas. Si no hay empleos, hay que crearlos para nosotros mismos, pero no para ganar un sueldo precario… se trata de brindarnos la oportunidad de dar el gran salto, pasar de la seguridad laboral a la libertad financiera.
No… no se trata de que sueltes lo que hasta ahora te brinda seguridad… se trata de que de manera paralela, construyas lo nuevo, un negocio que te permita mejorar tu calidad de vida, que triplique tus ganancias o que represente tu mayor sueño. Libertad financiera… LIBERTAD… dejarte de preocupar por dinero para tener espacio para DISFRUTAR la vida.
Sea cual sea el camino que elijas, el propósito es hacerlo exitoso, estable y escalable.
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