Utiliza una vela de cada color: Violeta y
Incienso o aromas de: Pino, romero o salvia (el que sea de tu preferencia).
Preparación
Este ritual tiene el propósito de restablecer nuestra energía y armonía física a través de todos los campos (emocional, mental, energético y físico).
Puedes hacer este ritual a partir del 21 de Diciembre, donde la energía del equinoccio ya se ha impregnado y contamos con su influencia energética. Puedes hacerlo a cualquier hora, lo importante es que dispongas de un tiempo libre, donde puedas concentrarte y no seas interrumpido.
Arma tu altar, poniendo las velas en el orden en que se mencionan arriba para poder encenderlas según el sentido horario. Pon el incienso o aromas.
Enciende la vela violeta y di: “Limpio, sano purifico y perfecciono cada parte de mi ser, en todos los campos, el campo mental, emocional, físico y espiritual. Disuelvo en mi, todos los átomos negros y grises, disolviéndolos en el reino de la luz. La fuerza viva de la tierra, fluye a través de mi reforzando todas las células de mi cuerpo. Restauro en mi, toda la energía fragmentada, dañada, rota o lastimada producida por tensiones, estrés, preocupaciones o dolor restaurando, de manera electrizante, la fuerza vital de mi sistema en todos los niveles de consciencia”. Visualiza como poco a poco, todas tus células van incrementando su fuerza y brillo, comunicándose unas con otras, integrando esta nueva información en ellas, expandiéndose rápidamente.
Enciende la vela verde y di: “Limpio, sano, purifico y perfecciono. Soy armonía en todos los planos de consciencia”. Si padeces de alguna enfermedad, visualiza el órgano afectado, envuélvelo con luz verde y visualiza su restauración, mientras lo visualizas, repite varias veces: “Limpio, sano, purifico y perfecciono”.
Date unos segundos para permitirte sentir el flujo energético que está fluyendo a través de ti.
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